domingo, 15 de marzo de 2015

Asedio

(uno de los 40 poemas que espero publicar pronto, éste es el número 28)



Fogatas de esperanzas rotas
se marchitan en los reflejos
de la gélida superficie de un lago.

Demasiado lejos para consumir
demasiado cerca para prender
los últimos restos de un viejo bosque.

El espacio vital se contrae,
se expande, te rodea, te asfixia
en una prudente envolvente.

Demasiado cerca para los enemigos
demasiado lejos para los amantes
asaltos incesantes contra mis fronteras.

Sin aliados, comprados por un adversario
que no reconoce una lucha rebelde
pero ajusta la soga cada vez más.

El aire es robado por una presión ausente
por el sinsentido contradictorio en un sentido

un cerco innecesario bajo una mirada alquilada.  

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