Tal vez no sepa quién soy
o por qué he parado aquí,
pero sé qué soy, y soy
libre.
Algo que es mío, y
siempre será.
Me siento libre, y vuelo,
como ave que siento que
soy,
no quiero reivindicar mis
alas
pues vuelo, vuelo sin
rumbo.
Ni voy a protestar de las
cadenas
de esas fieras salvajes,
esclavistas
que con sus cadenas hechas
con nada
quieren atraparme por su
codicia.
Y si, aún cayendo entre
la nada
ninguneado al formar parte
de la manada
miraré hacia abajo, al
agua que me rodea
como un pez queriendo
volver a mi hogar.
Y nadaré, saltaré mil
obstáculos
el infinito en el respeto
es mi límite
mi capacidad de decisión
es mi integridad
y me anclaré con mis
principios a ellos mismos.
No voy a quejarme de los
anzuelos
de aquéllos que bajo un
mundo mejor
consienten un planeta
repleto de gente menor
pretendiendo comprarme con
falsos ídolos.
Sólo correré, étereo
como el viento
mis pies desnudos pisarán
la hierba
de un mundo envejecido
que ansía a gritos su
libertad.
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