El frío arrecia en mañanas argénteas.
El sueño vencido con cafés o duchas
Un reconocimiento mutuo, sorprendente.
Una sonrisa fugaz, casi imperceptible,
mientras el eco de la novena resuena.
Un tironcito y un latido en el hielo fragmentado,
un pulso incómodo, mas no muy dañino.
Un tartamudeo ronco: explicación de destino
y un asalto de sobrecogedora duda.
Pues no es si no una mirada dura
la que desvanece la memoria de una línea curva.
No hay comentarios:
Publicar un comentario