Dureza. Trozos de cristal y hielo que
protegen piedra. Que protegen metal. Que protegen un núcleo blando,
dulce, delicado. Altos muros que no permiten ya meros intereses,
traiciones. Ya todo es tan lejano que piensas si acaso fue un sueño.
¿Lo fue?
Malentendidos por culpa de este
condenado muro. Recuerdos de ese núcleo, ilusiones de un final que
acabó. Insensibilidad. Silencio. Amigo, el silencio funciona. El
parloteo incesante cansa, el escudo ideal para el silencio, una
conducta diferente de una naturaleza callada. Cariño a base de
acciones, y con eso es suficiente. Gritar en silencio no tiene por
qué ser una acción virulenta, puede ser una acción calmada.
Pero el muro amortigua todo, los gritos
de recuerdos son difuminados. Conoce las tinieblas, e intenta
entender la inmensa rabia que tienes dentro. Entiende tus miedos,
todos ellos, y si son irracionales, lucha contra ellos. Sueña con un
mañana mejor. Ahora no son horas de destacar tus virtudes, ésas que
solo descubres mediante tu interacción con los demás. Son horas de
silencio, comprensión. Y alza muros para defenderte pero no ya de
ti. Tú eres tu mejor amigo y tu mejor enemigo. Entendiendo a tu
enemigo podrás derrotarle.
No te defiendas de ti, sabes (o
empiezas a saber) quién eres, aunque esa respuesta la dejarás para
dentro de mucho tiempo (o eso esperas). No, defiéndete de los demás.
Conócete. No seas abierto como una ventana. No des pena. Si debes de
ser algo cristalino, sé un espejo. En el que todos vean reflejados
sus méritos y esperanzas, pero también sus miserias.
Y sobre todo escucha, y guárdate de
proponer una respuesta. El silencio es mejor. Aunque dicen que el que
calla otorga... pero simplemente tu opinión vale de mucho. Si te
sienta bien o no te sienta bien es problema tuyo. Solo conociendo tus
tinieblas podrás entender tus méritos. Ésa es la base de la
sabiduría, hijo mío. Y pelea, en silencio. No necesitas que el
resto sepa que peleas. Es una pérdida de tiempo. No es necesario
llamar la atención. Sé una sombra sutil, e influye en el mundo de
una forma que todos te recuerden. Éso generará un siniestro placer.
Y levanta más ese muro, sé
inalcanzable, inadmisible, inamovible. Que te vean como una plaza a
batir, con un foso de ardientes llamas humeantes que impiden la
majestuosa visión del muro que levantas. Retira a tu ejército de
todos los frentes posibles. Las posibilidades no son una opción ya.
Hazlo o no lo hagas, intentarlo es tontería. Tienes una edad, y esa
edad implica que se tiene que aceptar cierta capacidad. La de estar
solo.
No aceptes un “ven conmigo”; que tu
orgullo sea la primera linea de fuego. Acepta como negativas los
silencios prolongados, incluídos los tuyos. Que ese muro se alce
imposible.
Pues como dijo Julio César (modificado
aquí): No hay nada imposible, todo depende de la fortaleza de la
persona.
Vivan los muros, vivan los espejos y bienvenida..Soledad. ;)
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