martes, 22 de abril de 2014

"No lo sé" (título al azar)- Cae la lluvia

Cae la lluvia mientras tu marcha se vuelve pasado
y repiquetea contra el duro suelo en un intento
de erosionar ese olvidado erial
que supuso el paso del presente al recuerdo.

Cae la lluvia mientras tu pelo se agita al viento
humedecido por un cielo que llora
lo que yo ya vertí y abandoné
 incapaz de seguir dando palos contra el tiempo.

Muere la sequedad humeante
de un incendio antaño en combustión
mientras el cielo llora, electrizante,
rellenando esas grietas de un calor ya extinto.

Ese chasquido reiterante es una calma que cura
lágrimas de un cielo que llora pero no por ti
son lágrimas realmente necesarias que
permiten que tú y yo miremos hacia adelante.

Ese frío es un alivio de una muerte
de unas promesas de un corazón ya vacío
que se llenó y ahora fluye
del cielo al suelo mientras empiezo a empezar.

viernes, 11 de abril de 2014

Promesas de Eternidad.

(porque hay cosas que duran para siempre)

Durante mucho tiempo pensé
que perversas imaginaciones eran
en mi irrealidad ruidosa,
caótica y variable como el tiempo
en una primavera alocada.

Recuerdo que en otras veces
una fiesta llena de preocupaciones
se llevó mi cabeza, dándole vueltas
centrifugando los fantasmas y demonios
que martilleaban mi conciencia inconscientemente.

Y sí, volvió a pasar, la historia se repitió
y esta vez en albañil me convertí, y fallé,
y alcé muros para defender con vehemencia
 la poca cordura que en mi interior hallé
y que se incineraron en tu incandescencia.

Pero tú y yo no queremos esa historia,
y podía haberse repetido, claro que sí,
y puede ocurrir, eso es evidente,
pero ahora no tengo miedo, no importa que cambien
Hay cosas que duran para siempre.

Son promesas de eternidades
en las que nunca supe si creer o dudar;
Y vuelves, y realmente no importa cómo.
Son promesas de eternidades de algo mutable,
y tan estable como somos tú y yo.

Y no importa cuánto cambie, tú o yo
y es extraño porque hay cosas que no cambian,
ese limbo entre mundos irremediablemente separados
entre los que orbitamos bajo promesas de eternidad
los cascarones que forman tu vida y la mía.

martes, 8 de abril de 2014

La importancia de llamarse "hoy"

Tres letras hay en el alfabeto
que si se unen obran una magia
indómita, actual y realista 
y que hoy día lo conocemos como "hoy".

Hoy, que no ayer, ni mañana
aunque parezca que hoy es hoy
mañana, hoy será ayer.
Pero viviremos un nuevo hoy mañana.

Hoy es cuando ocurre todo
lo banal y lo importante, siempre hoy.
El ayer es importante, también,
lo que ocurrió ayer nos repercute hoy.

¿Y el mañana? Ahí estará, 
desconocido, ilusorio, fantasmal y remoto, 
pero por mucho que "hoy" quiera correr
¡Ahora mismo es hoy, no mañana!

Y ayer incita a recordar, fragmentos
de una memoria subjetiva y selectiva;
mi hoy es diferente a tu hoy
por muy iguales que parezcan, serán distintos ayer.

Era hoy cuando he empezado, 
y ahora mismo aún es hoy.
Vivimos en un eterno hoy, y mañana
viviremos en un hoy que no quiere ser ayer. 

miércoles, 2 de abril de 2014

Últimamente...

Le he dado muchas vueltas a las cosas, con conversaciones que me hacen pensar, y con actitudes sobre todo ajenas que no hacen si no confirmar lo equivocado que he estado o los errores que se producen cuando no eres objetivo. ¡Pero es que no puedes serlo!

Hablé hace unos días con una persona. Tenía una relación que se puede decir complicada, con su mejor amiga. Complicada porque había amigos de por medio y esos amigos de por medio no sabían la clase de relación que tenía con esa mejor amiga. Simplemente, hubo un día en el que se pasaron de términos. Una cosa llevó a la otra y empezaron a salir, a escondidas.

¿Qué ocurrió? Que había una especie de férreo control. Y a ver, yo también los he sentido, y no es una emoción agradable. Los putos celos. No puedes prohibirle por celos, envidias, o tonterías de esas. Si tienes un problema (o no), con esa tercera persona, mientras no se inmiscuya en tu terreno, ajo y agua. Es más, si esa persona que no se inmiscuye tampoco malmete y hace exactamente lo contrario, que es intentar aconsejar para que sigan estando juntos o juntas, lo menos que debería sentir es agradecimiento. Por mucho que te pueda gustar (llegó a puntito de hacerlo, pero se solventó con mucha tierra mal removida, maldita memoria), los hechos son los que son.

Los celos son un enemigo claro, existe porque siempre hay un punto de desconfianza ligado al sentimiento infantil de lo que es la posesión, el  "esto es mío", el motivo por el cuál el comunismo puro no puede darse, hay cosas que te ocurren a ti como individuo que eres. Si te pegas un martillazo te lo pegas tú, si disfrutas con una persona lo haces tú con esa persona, y a ser posible que no lo haga otro. Aunque puede que sea un residuo cultural que sigue ahí apalancado. Sobre eso más no puedo hablar. No he ahondado más en la materia.

Total que bueno, hay movidas entre esa persona y la que es su mejor amiga y su pareja a escondidas porque claro, "qué haces hablando con ese chico", "que no se enteren que si lo saben pues como que nos mirarán mal y tal"... Y se empiezan a crear situaciones insostenibles en las cuales pasas de querer a esa persona y que le den a los demás, a ver miedos y fantasmas y demonios por todas partes. Miedos a estereotipos ajenos, no a los tuyos. A ver enemigos donde debería haber aliados. Empieza a amargarse demasiado un trago que nunca debería de ser malo. Y se me olvidan los problemas socioculturales, y el rechazo a cambios que pese a todo, todavía no son bien vistos.

Y llega el momento del horror, la cosa se apaga tanto que de repente vuelve a ser tu amiga de toda la vida, por las discusiones o por la ausencia de momentos tan memorables como los que hubo al inicio, y zas, se comete un error, y te condenas a la mierda por ello. Y te sientes tan sumamente mal que descubres lo mucho que había detrás de esos demonios (que siguen estando) y todos esos fantasmas (que siguen estando), que todo se va al garete en plan guay. Del Paraguay.

Y ya después se pasa a la corrupción, que es cuando los demonios infectan ese sentimiento y lo corrompen, y lo transforman. Y ya no es bonito. Pasa a ser apremiante, doloroso, posesivo, dependiente. Pasas a depender de esa persona con la cual hacía dos días "no podías vivir sin ella". ¿Es eso querer? Por experiencia y porque en parte lo he vivido en mí (y no me he dado cuenta hasta hace realmente poco), voy a decir que no. Lo fue, y "cambió", y ya no es, ni será. Y además no hay nada, hubo algo que ya no hay, pues ya está, se pasa página y se hace lo que buenamente se puede. Y si tienes que convivir con esa persona, pues mira, se jode, se aguanta y se pasa página de alguna forma, si la encuentras.

Nada de "intentarlo con otras personas para olvidar", porque eso es la mayor mentira de la faz de la tierra o los cuentos de hadas si ese intento sale cojonudamente bien. Que no suele ocurrir porque los demonios siguen viviendo en tu interior. Y si te enteras que esa otra persona quiere seguir su camino (y es curioso que también le afecten esos mismos demonios), por lo menos deberías de intentar resolver esa dependencia, porque ya no es amor. Es dependencia mutua. Cuanto antes se corte esa dependencia, mejor. O eso o se vuelve, y se demuestra que se pueden matar esos demonios que bien grandes y fuertes acabaron siendo para mandar la relación a tomar por el culo. Aunque desde la perspectiva de alguien que ha tenido pocas relaciones de pareja pero que he observado evoluciones de las personas de mi alrededor, es muy difícil, por no decir, casi imposible. Y no exagero.

El amor no consiste en prohibir. "No hagas esto porque si lo haces no hay kiki". Eso es una prohibición en toda regla, es una multa si se hacen las cosas como no se quieren. No es un "solo por eso que tienes o te hiciste o lo que sea no voy a estar en la vida contigo". ¿Qué mierda es esa? Tú eres como eres y aceptas y debes aceptar a una persona, como si quiere mear hacia arriba, pues genial, quiero a esa persona, tal vez mee hacia arriba y no me mole mucho pero forma parte de esa persona. No es depender, no es ser altruista y orgulloso, ni pretender ser solamente uno, uno, uno, o una, una, una. Yo decido entregar mis sentimientos a ti, o a ti, o a quien quiera que me esté leyendo, pero yo soy el que decido libremente, y si la cosa se apaga, no tengo que ser forzado a mantener algo encendido cuando su destino es permanecer callado y apagado.

Es otro poso el que debe quedar, yo tengo un buen recuerdo de aquéllas personas por las que he sentido algo, claro, hay cosas que no cambian. Si cambian los recuerdos de aquéllas personas pues es su problema, no el mio, yo tengo la conciencia muy clara al respecto. Tengo un buen recuerdo, probablemente vengan en algún momento los demonios a dar mal, y me agobie, pero la situación ha cambiado. No es el tiempo el que cura, son las situaciones las que cambian, y por tanto y por ende, la perspectiva.

Dios mío qué parrafada. Pero me siento genial habiendo sacado todo esto. Hay cosas que van por mí, por supuesto, siempre se puede aprender, hay cosas que van por otras personas, que tal vez necesiten aprenderlo, y hay otras cosas que simplemente son las que son, y si se aceptan, el trago sienta mejor.

Buenas noches.