martes, 8 de noviembre de 2016

Carta a ninguna parte... o no.

Frenos sin motivo aparente
reglas sin sentido impuestas
¿te acercaste tanto a las llamas?
¿te quemaste y asustaste?

¿Crees en un mundo de llamas congeladas?
Es un lago de sombras orgullosas
rodeadas por humanoides petrificados
ante su desmedida arrogancia.

Pensaste que una gota de sangre desentonaría
y lo hizo, un puzzle apenas resuelto,
no querías encontrar piezas rotas
y así fue, solo que están ocultas.

Con fronteras ajenas de falsa autosugestión,
llegaste a la decepción prometida
en la imposición de una niñez no abandonada
en la necesidad de una lejanía ya existente.

Es una frágil ecuación de fractales
envenenados bajo una ilusión
de vanidades sobresaliendo de una nada
que entristece y disipa una ilusión.

Ilusión... de un mínimo aprecio ya ausente
como muones viviendo su final
esperando un botón de emergencias
que, créeme, no va a llegar.

¿Qué se siente al ver el final de tu laberinto
y que, de repente, te expulsen de él?
Seguramente, haya reglas para esto
pero le es, con toda seguridad, indiferente.

miércoles, 19 de octubre de 2016

Yesca y pedernal

En este camino nuevo
extraño momentos no olvidados
viejos incendios en la quietud
en la soledad falsamente acompañada.

En aquél viejo glaciar en llamas
del cual era rey, y arquitecto
nunca faltó humo que respirar
nunca debió de inexistir la vieja leña.

Y ahora, me rodeo de hierro oxidado
asediado gustosamente por bits de silicio
en la ineficacia de planes no resueltos
y sólo con yesca y pedernal.

El frío arrecia, ahí fuera
habiendo logrado mi objetivo lejano
pisando colinas arrasadas por napalm
abandonando una pétrea jaula dorada.

¿Disfrutas de la sequía creciente?
¿Te vanaglorias de esta pequeña fogata?
¿Es tu orgullo o tu deber
el que te hacen no mirar atrás?


sábado, 27 de agosto de 2016

Esta entrada es...

"Semiprivada"... porque como nadie entra xD (ni yo, siquiera).

He estado algo liado estos meses, y me noto distinto, aunque tiene sus efectos secundarios. 

He pasado de soñar despierto, de crearme falsas esperanzas, castillos constantes en el aire, a centrarme en UNA cosa, y dedicar mis esfuerzos para conseguirlo, y después a por otra cosa, sin dejar que la mente vaya más lejos, más allá. ¿Cómo voy a poder saber lo que va a pasar? Sólo sé lo que yo quiero hacer, lo que yo quiero conseguir, y trabajo más o menos duro para conseguirlo. 

He tenido mucha suerte, primero, trabajar en Candanchú, justo cuando más necesitaba trabajar (aunque fuese por el mero hecho de no pensar). Me ayudó muchísimo a centrarme, a volver a tener una rutina. Y... ¡por todos los dioses! El ser humano es curioso, y siempre estamos hasta las narices de la rutina, pero... ¿y lo bien que sienta tenerla? 

Después de esto, y habiendo disfrutado de unos días de desconexión, me empeñé en sacar mi libro. No voy a juzgar si es bueno, o no, supongo que si, ya que hay gente que le gusta. Con este libro he... he tenido problemas. Hubo momentos que seguía hacia adelante simplemente por el hecho de "cobrarme venganza" con respecto a alguna palabra que oí en algún momento, las clásicas críticas destructivas y personales que... siempre hay gente que piensa así. Haciendo que el libro, mi pequeño, saliese a la luz, sentía como que debía acallar las voces que...

... a la mierda. Ni venganza, ni leches, quien tuvo que pedir disculpas lo pidió (porque no dudéis ni por un segundo que las exigí), y punto. El resto, disfrutó más o menos de él. Y ya está (y volver a reírme, en el ínterin, de las aventuras de Stevenson con "mi querido Fritz"). Siguiente objetivo, volver a conseguir trabajo.

Y fue entonces cuando salió, la historia que, espero que, comience este próximo mes. Un formateo no rápido, precisamente. Empezar de cero en otro lado. Y lo mejor, es que, aún albergo dudas. "Duda de todo al menos una vez". Y en mi caso es siempre "más de una vez". Y para empezar de cero, no podía ir con una mano delante y otra detrás.

Y aquí es cuando tengo que agradecer la suerte, de trabajar este verano. Considero que me voy mucho mejor de lo que entré (cojo de los dos pies, a cojo de sólo uno). Y este mes es clave para mí. Así que, mi plan otra vez vuelve a funcionar. Recargar pilas a tope estos días, me voy a León un par de días, para cumplir mi promesa realizada hace muchos meses (años también), y después... a tope y a por todas. 

Ah, no os he comentado el "efecto secundario", pero bueno, es evidente que si no entro, es porque cada vez me cuesta más escribir algo decente. 

lunes, 16 de mayo de 2016

Sólo levántate.

Ánimo, pues hoy no acaba la injusticia
del poder queriendo ser más poder
de la gente cubierta en su inmundicia
en sus máscaras demasiado humanas.

Levántate, pero no por nadie
sin la superioridad creada por orgullo
en tu necesidad libre de ser quien eres
y no quien debías ser.

Búscate, encuéntrate, pregúntate
cuestiona una vez más tu vida
asalta el trono del paraíso perdido
y alza el puño contra todo lo establecido

Sé rebelde, no importa cuánto te tiren
y te insulten en tu malsana indignidad
solo encuentra el núcleo de tu ser
alza tus alas, y levántate, querido Caído. 

domingo, 14 de febrero de 2016

El cielo llora. (bleh, por mejorar)

Bajo promesas de eternidades dudosas
el cielo llora, dolido e inquieto
por ese aquél, por esas preguntas
por ese no saber que ya no sabrás.

Bajo un frío que cristaliza
una verdad que caduca será
queda una semilla perenne,
un total insalubre, una falta creciente.

Frente a ello, la fortaleza de un glaciar
que suda, que llora, que aguanta
ese temporal de sal celta
de un destino inevitable.

Siente la fortaleza de la piedra
yérguete como estatua y capea el temporal
el hielo y el fuego ahí no dudes, siempre estarán
sólo recuerda, que el sol que esperas, algún día saldrá.

jueves, 4 de febrero de 2016

Reflexiones nocturnas con la olla por ahí de paseo (o la pinza o la cabeza o la cordura o lo que sea)

O verdades como puños. Sobre las tonterías que se nos suelen (o solían ocurrir) a veces.

¿Acaso la muerte es romántica? No, vivir es lo romántico, porque solo vives una vez. Y no tienes ningún derecho para marcharte de este mundo. Porque tu vida es tuya pero te la dieron ergo, no es tuya. Es pero como que no es, porque te la dieron, y te pertenece y puedes hacer lo que te de la real gana pero... con limitaciones. Bien, sigamos.

Este mundo está hecho para pelear y caer, y levantarte y perder y caer y levantarte y perder y caer, y los pequeños triunfos si quieres los compartes con tus seres queridos o tus amigos o tu familia o todos juntos a la vez y cantando cumbayás y todo muy bucólico y pastoril. Pero eso sí, el éxito es tuyo. Y de nadie más. 

Cuando te llega el gran momento, esa pequeña revelación (enfermedad, accidente o simplemente momento emo adolescente), puedes elegir irte al otro barrio donde "puede que exista algo", pero como nadie escribe, que alguien me diga qué ostias (sin hache, que si no suena mal, o al menos así me parece) hay por ahí. Ah no, que nadie escribe. Bueno, que me pierdo (como mi querido Stevenson) en un puto vaso de agua. El caso es que cuando tienes la revelación puedes elegir irte al otro barrio, o no. Yo elegí bien, y eso que mi vida podía ser mejorable. Siempre es mejorable. Seguro que hasta Messi o "Cristianu Runaldu" o cualquier tío forrado de perras querría tener un mejor nivel de vida. Yo desde luego, ni de coña me cambio por ellos. 

¿Por qué? Porque yo soy yo, y sí, es una perogrullada como un satanazo de grande (de los de Calatrava que los hace bien... mal, pero los hace bien.... mal). Y mi vida es mi vida, y mis errores son mis errores. Y mi vida será una mierda pero shh, es mi vida. Y con ella sólo me meto yo y ojito, que ni siquiera, que a mi vida le sobran huevos porque los tiene como zepelines de grandes (maldito vodka con redbull...). Y hace unos meses se me fue la olla y tal y viva los abrebotellas (que como lo cojas sin permiso te arranco la cabeza con un cortaúñas de viaje... duele más). Y salió un tatuaje que me recuerda todos los días esto. Que me avergüenza algún día más que otro, que me falté al respeto a mí mismo. Y es algo que nunca, nunca, debo repetir. 

Porque jamás hay que rendirse, porque hay que levantarse, porque es tu vida, porque nadie la va a vivir por ti. Y si es una mierda, que lo sea, vendrán tiempos mejores (o no), pero es tu vida. Y sólo hay una, y eres lo más importante de tu vida. Tú, no el vecino del quinto, o de al lado que es como para sentir cierta sociopatía en el mejor de los casos. 

La vida, tu vida, es para vivirla, joder, porque sólo tienes una bala en la recámara y por cierto, eres tú. Y el que venga detrás, sea tu mejor amigo, sea tu pareja, que espabile y que arree, que si quiere estar contigo que se lo curre, que se disculpe, que sea realista, que reconozca su parte de los errores, que no te cargue con todo el muerto. Que para eso ya está cada uno y que cada cual se perdone por lo que sea. O que sobreviva o que lo lleve en versión paz y amor o como le dé la gana, o con alcohol y drogas y porros y pollas y jesucristo y todos los panteones en ropa interior y en bicicleta haciendo el Tour de Francia. Pero que tire hacia adelante.

Porque el maldito cambio existe y es posible y es viable y yo tengo un maldito tercer párpado, como el de un águila, y me ha salido hace nada. Y que a ver quién tiene huevos de romperlo. Esa coraza que es intrínsecamente mía, que nació de mí y vivirá conmigo.  

Todos somos diferentes, todos alzamos miedos, muros, y los podemos bajar, pero siempre queda algo que es exclusivamente nuestro. Que no se te olvide, por muchos fallos o aciertos que tengan los demás para contigo, tu vida es tuya, y que nadie te la reclame. 

Por eso y por mil razones más, por muchas putadas (que vendrán más) sólo aguanta y capea el temporal, levántate y pierde, y vuelve a hacerlo, y pierde, y repito. 

Las victorias serán tuyas siempre, así como las derrotas. Sé justo contigo mismo y échate una caña por ti, porque te lo mereces. 

Con dos gónadas (que queda más neutral y más... auténtico).

(sin título)

Y sí, se agotó, se apagó, o lo que quiera que pienses, pero se fue, disuelto como humo sobre el viento.
Tras ello, quedó una máscara, de rabia, incluso de venganza. El orgullo se volvió lo único que atenuaba todo, esa sensación de tremenda soledad que aumentaba cuando no lo estaba. La vida volvió, o siguió. Todo cambia para que nada cambie, supuestamente. Había aprendido a sobrellevarlo. Y ya está. No como en un cuento, donde todo es jodidamente dramático, o como en un juego donde es jodidamente épico. No, como pasan las cosas de casa. Pasan, y así acaban pasando, y se acaban. Sin más.
Y tras todo esto, un pequeño retorno a los orígenes, pero... ¿Qué orígenes? Había cambiado, la vida y el mundo había cambiado.
Meses después, el recuerdo vívido aún luchaba por salir de su habitación cerrada. Y lo que no esperaba es que aún surgieran cristalinos, pequeños trozos de sal; los últimos restos de un abandonado y olvidado glaciar en llamas.