En este camino nuevo
extraño momentos no
olvidados
viejos incendios en la
quietud
en la soledad falsamente
acompañada.
En aquél viejo glaciar en
llamas
del cual era rey, y
arquitecto
nunca faltó humo que
respirar
nunca debió de inexistir
la vieja leña.
Y ahora, me rodeo de
hierro oxidado
asediado gustosamente por
bits de silicio
en la ineficacia de planes
no resueltos
y sólo con yesca y
pedernal.
El frío arrecia, ahí
fuera
habiendo logrado mi
objetivo lejano
pisando colinas arrasadas
por napalm
abandonando una pétrea
jaula dorada.
¿Disfrutas de la sequía
creciente?
¿Te vanaglorias de esta
pequeña fogata?
¿Es tu orgullo o tu deber
el que te hacen no mirar
atrás?