martes, 20 de mayo de 2014

Dedicado a un móvil


Es un rectángulo más o menos viejo, que se hizo más pequeño al inicio y más grande después. Antes cabías en una maleta, y pesabas un horror, ahora no cabes en un bolsillo, y sigues pesando un horror.

Antes eras un bien necesario,como el reloj, como las llaves del coche. Incluso en algunas películas infantiles acababas volando por los aires. Otras veces, fuiste muy importante, estuvieses fuera o dentro de la velocidad de los tiempos.

Ahora te has vuelto excluyente, pues palabras sin voz fluyen entre dedos aporreando pantallas de plástico rajado (generalmente), vigilando constantemente esa esquinita superior, donde la barra pasa de ser verde o azul a ser roja. Siempre roja, y además en el momento que menos te lo esperas. Ahora ya se supone afirmativa la respuesta a la pregunta “¿tienes?” Claro que tengo, y ¿sabes qué? Mi batería le gana a la tuya.

Y también es molesto, pues muchos días pasas aburrido mientras echas de menos los “tirirís” de cosas que realmente no tienen importancia. Y cuando llega algo importante, el “tirirí” siempre objetivo no hace distinción. Intentes dormir, intentes despertarte, intentes lo que intentes.

Tirirí, tirirí, siempre molestando. Y lo que al inicio fue un útil, algo necesario que mandó al olvido esas ruedetas (sí, ruedetas) que giraban del uno al cero, ahora son los grilletes que mandan y juzgan nuestra vida.


Tirirí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario