sábado, 1 de febrero de 2014

Rabia

Son como astillas clavadas
que fluyen por tus venas
paseas como un león impaciente
en jaulas de barrotes que tú mismo hiciste.

Ahogas un grito pero se extiende
en un interior deshecho.
Deshecho por tus propias guerras
por tu propio conflicto.

“¿Y sí...?”, te preguntas con rabia,
“¡Y qué! Será por oportunidades”
te encuentras con tus uñas arañando pizarra
e hirviéndote la sangre.

Quieres golpear, reventar.
Quieres romperlo todo.
No hay espacio para dudas
tu fe está rota.

Tu esperanza es vana ya.
¿Para qué esperar?
Endurécete como madera al fuego
y sólo reza a un dios sordo...

... para no consumirte.



1 comentario:

  1. Somos maderos endurecidos por las batallas perdidas, si, pero hay que seguir peleando porque cada vez somos más fuertes..

    ResponderEliminar